martes, 19 de marzo de 2013

¿Por qué no enseñar agricultura en la escuela?

http://lolaurbano.wordpress.com/


En ésta entrada del blog de Lola Urbano, “Yo lo dejo cuando quiera”, nos encontramos con el pensamiento de Lola y su forma de concebir la educación pública, aportando como argumento principal una sección del libro “Diario de invierno” de Paul Auster que, en mi opinión, define perfectamente los valores que ofrece la escuela pública.

Como afirma Lola, la educación es entendida por todos y practicada por casi ninguno. Hoy en día, o al menos en mi tiempo, la educación en el sentido estricto de la palabra brillaba por su ausencia, en realidad, nos enfrentábamos a un modelo de molde absoluto, con unos profesores autoritarios que hacían de todo menos educar.

Con el ejemplo de los estudiantes de Cambridge, estoy de acuerdo totalmente con Lola, puesto que si ya es difícil impartir todas las materias que se estudian en la escuela, ¿Cómo vamos a incluir nuevas asignaturas como “agricultura”?. A mi parecer, algunas de estas son prescindibles, puesto que necesitamos personas educadas en valores, en cultura general, en cosas que les sirvan en un futuro. Por que ¿Cuántos de vosotros se acuerdan de hacer una integral definida? ¿Alguno ha tenido que aplicarlo en algún momento fuera de la escuela? Si no están o han estudiado Matemáticas como profesión, veo algo absurdo que se les enseñe a niños de 16 o 17 años en vez de enseñarles la diferencia entre el salmón y el pollo.

Con respecto al fragmento del libro de Paul Auster, me he sentido identificada, de pequeña, admiraba a esos niños con dificultades, eran un ejemplo de superación para mí, porque a pesar de todas las trabas que tenían y tienen, son capaces de levantarse cada día y seguir adelante. Todos los que hemos crecido alrededor de niños así hemos desarrollado unos valores, que los niños de las escuelas privadas no los han adquirido ni pagando por ello.

Hasta los banqueros hablan de educación

http://www.youtube.com/watch?v=YPFUxODadEg

En este video, el banquero Juan Antonio Melé nos habla de diversos temas que desembocan en la forma de educar que él cree que es la necesaria para los tiempos que corren.

Según Melé, tenemos un combate interior entre el pensamiento , la voluntad y el sentimiento. Ya que en el pensamiento, se han generado muchísimas mentiras que se han difundido como el agua, mentiras que han creado dudas y dudamos de que exista la verdad. Con respecto a los sentimientos, se ha generado un sentimiento de odio que obliga a apartar lo que no nos gusta. Todo esto debido a que nuestra educación es intelectual y no nos educamos de manera emocional.

Melé opina que la misión del ser humano es alcanzar la verdad, el ser humano tiene que ser veraz para favorecer la socialización. Cultura, política y economía están transformando a la sociedad y al ser humano.

Por ello, Melé propone educar a la sociedad para la libertad. El hombre no es un animal, se mueve por instintos y no por la razón. Afirma que hay que educar la voluntad hasta los siete años, de los siete a los 14 hay que educar para la belleza y de los 14 en adelante debemos dejar que el educando descubra la verdad.
Hay que educar emocionalmente, a través del arte, intelectualmente y la voluntad.

Todos somos seres necesitados, no somos independientes, un ejemplo claro es de como necesitamos un autobús, porque lo necesitas para que te lleve. Nos mueve la economía, es decir, la relación que se produce entre los seres humanos que mediante el trabajo se relacionan unos con otros, y esta relación es necesaria para cubrir nuestras necesidades.

Debe existir en la sociedad un sentimiento de fraternidad, es decir, tu aportas todas tus capacidades y tienes que tener confianza porque lo que tu aportes ahora te será devuelto de manos de otra persona. Como una especie de Karma, si haces algo bien el Karma te lo devuelve de forma positiva... Este sentimiento de fraternidad es uno de los principios de la revolución francesa junto con la libertad y la igualdad.

La opinión de futuro de Melé es tener gente buena, educada en valores y capaz de amar, personas autenticas que no tengan miedo en mostrarse tal y como son y en descubrir a los demás.

Propone un cambio, del que por ahora son partidarios unos pocos, pero afirma que si conectáramos unos con otros formaríamos una gran masa que provocaría que el cambio estuviera más próximo.

Afirma que hay que ayudarnos los unos a los otros a través del sacrificio y del esfuerzo y no a través del dolor. Mientras exista un ser humano en el mundo sufriendo, Melé opina que los demás tenemos que sufrir por que va dentro de nosotros, quiero entender que se referirá al sentimiento de empatía que existe en la sociedad y que últimamente se está poniendo de manifiesto con los desahucios en España, ya que cualquiera se puede encontrar mañana durmiendo en la calle.

Melé dispone que no somos motas de polvo y que nuestro deber es redescubrir la conciencia universal.
Por último y no por ello menos importante, educarse es un proceso mediante el cual uno se hace libre y si no se educa al educando, éste acaba odiando y apartando al diferente, lo que provoca la aparición de escuelas inclusivas.

viernes, 8 de marzo de 2013

La verdadera escuela según Tonucci




En la conferencia dada por Francesco Tonucci en el parque de las ciencias de Granada, hablaron de como la escuela debía modificarse para estar al gusto de todos.
Antiguamente las nociones básicas de lectura se enseñaban en casa y la escuela se encargaba de terminar esa formación. Surge el derecho al estudio y todos los niños acudían a la escuela. Escuela que se ha convertido en una escuela para pocos, para los normales, para los pocos que estudian o tienen posibilidades económicas de continuar haciéndolo.

De aquí surge la necesidad de tener una escuela para todos sin mirar el nivel económico o el intelecto del educando, ya que en esta debe regirse por la diversidad del alumnado.

Es impresionante como la escuela ha pasado a ser una institución desagradable para los padres, los cuales defienden a sus hijos con uñas y dientes y son capaces de denunciar cualquier cosa sin importar las consecuencias que conlleve. Lo más chocante es como, hasta a los profesores, le desagrada la escuela y se ponen enfermos para darse de baja y no permanecer en su puesto de trabajo. En conclusión saco que la escuela no le gusta a la sociedad y prueba de ello es como con el cambio de gobierno se produce un cambio en la ley educativa.

Tonucci realiza la siguiente pregunta a la que le da algunas soluciones: ¿Qué escuela ofrecer?, primero, una escuela en la que se den las bases culturales del futuro. En donde quien se quede se educa de alguna forma. Una escuela rica en estímulos y con espacios significativos. Según Tonucci el único modo es hacer que los niños lean o si no, escuchar a un especialista la lectura de un libro. Hacer que escriban lo que oyen consigue fomentar la escritura.

La segunda opción es la  desaparición de las aulas y la creación de talleres de distintas asignaturas como por ejemplo, el taller de física o el de biología. Con el objetivo de ofrecer distintos talleres a distintos niños y conseguir así lo mejor de cada uno. Así los ayudamos a encontrar lo que se les da mejor ya que así son felices y las personas felices tienen más probabilidades de encontrar trabajo.

Y por último se propone mezclar las edades  de los educandos pasa así fomentar el desarrollo emocional entre ellos y la colaboración de las diferentes edades. Esto es una barrera que hay que superar.

Reflexionando sobre el tema, he llegado a la conclusión de que si tenemos el derecho de estudiar,¿por qué existen escuelas privadas? Las cuales lo único que hacen es formar a los líderes del futuro, líderes que como se parezcan a los que tenemos actualmente vamos a ir de mal en peor.
Por experiencia sé que la educación que puedes recibir en la escuela pública es muy diferente a la privada, por que en la privada te formarán a nivel intelectual de la mejor manera posible. Pero educar no sólo es formar intelectualmente, sino formar a través de las emociones, enseñar unos valores de tolerancia, respeto y empatía que puede que estas escuelas no lo hagan. Por otra parte, estoy de acuerdo con Tonucci, ya que la escuela pública se puede mejorar y mucho y si nos lo proponemos lo podremos conseguir, porque la educación no tiene efecto inmediato pero si ponemos nuestro granito de arena, dentro de varias décadas puede que ese granito se haya convertido en una montaña.