lunes, 27 de mayo de 2013

Entrevista a Noelia Alcaraz

En nuestro cuarto proyecto: “Evaluación: ¿se puede medir el aprendizaje?”, realizamos la entrevista a Noelia Alcaraz, pedagoga y profesora en la universidad de Cádiz. En ella le realizamos una serie de cuestiones a las que nos fue respondiendo y de las que destaco las ideas principales.
A la pregunta de si la calificación y la evaluación atienden a los niños por igual, Noelia nos contestó que la evaluación sí lo hace pero la calificación no, ya que ésta no atiende al aprendizaje, sólo sirve para clasificar y segregar a los alumnos y para castigar el error. Nos comenta que al quitar la nota (calificación) consigue que sus alumnas tengan valentía para arriesgarse. Cuando la calificación no se elimina, estresamos a los niños puesto que sólo se centran en poner lo que creen que el profesor quiere leer sin pensar en que lo más importante es aprender. Por ello, Noelia nos cuenta que los alumnos tienen que perder el miedo a equivocarse y que para ello, ella propicia errores en su clase para así poder reconstruir, reflexionar y mejorar.
La siguiente cuestión era que si la calificación es negativa para que usarla en la etapa obligatoria. A esto Noelia responde que la calificación se utiliza para seleccionar al alumnado.
Vivimos en una sociedad en la que hay desigualdades y a todos nos parece injusto, este pensamiento cambia en la escuela ya que esas desigualdades se convierten en diferencias “académicas”, diferencias que las personas ven como justas puesto que cada uno tiene lo que se merece ya que es lo que ha conseguido por sus propios medios. Con la calificación, no sólo reproducimos las desigualdades sino que las estamos justificando. Esto desemboca en la culpabilidad que se le atribuye al alumno, si no aprende es culpa suya, si no presta atención también, esto es lo que representa la calificación y me parece el colmo, ¿a caso nadie se ha parado a pensar que no toda la culpa la tienen ellos? ¿Qué tal vez la tengamos nosotros, los docentes que les “enseñamos”? Cada niño tiene su modo de aprendizaje, su ritmo, no todos son iguales, están compuestos de sentimientos, no son máquinas a las que le pulsas un botón y se desconectan, no son cabezas a las que tallar para que queden todas iguales. Sus contextos tanto formales como informales influyen en ellos y creo que eso deberíamos tenerlo en cuenta a la hora de evaluarlos.


Tenemos que calificar puesto que no todos pueden valer, cuantas veces hemos visto a compañeros que se han quedado atrás por no superar los “contenidos” necesarios, contenidos que hemos aprendido todos los que hemos superado esa etapa, contenidos que si nos preguntaran ahora por alguno de ellos, no seríamos capaces de responder puesto que nos lo “aprendimos” a base de memorización, para ponerlos en un examen y que a los dos días ya no lo recordaras. Otro motivo por el que se usa la calificación es debido a que muchos docentes tienen la ilusión de creer que pueden valorar, controlar o medir el aprendizaje de sus alumnos, esto, claro está, es una ilusión, puesto que el aprendizaje no se puede medir, es algo subjetivo, no se puede cuantificar, lo mismo pasa con la amistad, el amor, la confianza.... no se pueden medir, lo que me lleva a preguntarme ¿Por qué seguimos empeñados en intentar medir lo inmedible? Lo único que responde a esta pregunta es el ansia por controlarlo todo, queremos controlar el aprendizaje sin darnos cuenta de que no podemos. La calificación no refleja lo que has aprendido, entendiendo que el aprendizaje no es memorizar, sino modificar tus estructuras cognitivas produciendo una transformación como persona.
Como nos cuenta Noelia, la calificación resta creatividad, veracidad, transparencia, naturalidad, espontaneidad, resta cualquier elemento educativo en el proceso de aprendizaje, te quita toda posibilidad de aprendizaje. Por ello, no tiene sentido que haya calificación en la etapa obligatoria puesto que es un derecho y deber el acudir a la escuela, la cual está para que aprendamos, algunos más ,otros menos, pero a fin de cuentas, que todos aprendamos algo que nos sirva en el futuro.
Con respecto a la evaluación, nos cuenta que es algo normal, la utilizamos diariamente y sin embargo apenas calificamos. Su herramienta clave es la comunicación. Utilizamos la evaluación para mejorar pero cuando entra en la escuela se artificializa y se convierte en todo lo contrario.
Por ello, nos comenta que el profesor es el que tiene el poder de cambiar esto, para ello utiliza diferentes herramientas que favorezcan el proceso de evaluación, algunas de ellas son el portafolios o la rubrica.

Los docentes somos los diseñadores de los contextos de aprendizaje y cuanto más ricos sean estos mejor. Por ello nos dice que, en sus clases, ella se centra en lo que verdaderamente merece la pena y por esto, hay que dedicarse a ello (la evaluación) y desplazar todo lo que puedas a la calificación del proceso.
Al hablar del portafolios nos comenta que es una herramienta más que los docentes utilizan para evaluar, últimamente se ha puesto de moda, moda que en la práctica se desvirtúa. El portafolios es un método de evaluación o de calificación dependiendo de en que manos caiga. Esto es aún peor puesto que si la utilizan como calificación, tienen a mano todo el proceso que se ha llevado a cabo, cada paso que ha dado el niño, sus inquietudes, reflexiones y demás, serán capaces de poner nota a todo el proceso.
Da igual la herramienta que se utilice, tenga el nombre que tenga, si la utiliza un profesor que tiene las ideas muy claras sobre la evaluación le dará un buen uso. Depende del profesor que las use y de sus convicciones.
Para finalizar, a la pregunta de como concienciar a los padres de que no son necesarias las notas y de que estas notas no reflejan el aprendizaje del niño, Noelia nos contesta que el docente es el profesional y sabe lo que está haciendo y el porqué, es decir, lo mismo que no desconfiamos de un abogado o un médico, ¿Por qué desconfiar de un profesor?, cada uno es especializado en su campo y sabe lo que se hace.
Además añade que para convencer a los padres sólo nos hace falta que vean como sus hijos están motivados por ir a la escuela y con interés por aprender.


En conclusión saco de esta entrevista que no es necesaria la calificación en el ámbito educativo, al menos en la etapa obligatoria, ya que perjudica los procesos de aprendizaje de nuestros alumnos. Creo que deberíamos centrarnos más en la evaluación y menos en la calificación puesto que al final lo que verdaderamente nos va a ayudar a mejorar para un futuro es la evaluación.

3 comentarios:

  1. Muy bien, Mariu. Excelente resumen de la entrevista. Espero que las palabras de Noe te acompañen a lo largo de tu formación y de tu ejercicio profesional, si no como dogma, que no deben serlo, como fuente de inspiración y como motivo de reflexión.
    Enhorabuena.

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  2. He visto que Noelia habia recomendado tu entrada en twitter y me ha picado la curiosidad, así que la he leido y hay que darte la enhorabuena es una gran entrada en la que aparecen todos los aspectos q noelia trato con tu granito de arena. felicidades! :)

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  3. Buena entrevista. Suscribo, desde un aula de secundaria, prácticamente todo lo que dice Noelia sobre la evaluación. Buen post. Buen blog. Felicidades.

    @candilenelapatio

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